15.8.12

13, 14 y 15 de agosto

La delgada línea entre amar y perder la dignidad

Esta es de las pocas entradas que no escribo en primera persona, pero me parece tan triste, que alguien se deje pisotear, por querer demasiado a otro alguien...

Supongo que a todos nos ha pasado alguna vez, hemos estado tan locamente enamorados, que cuando menos nos hemos dado cuenta, estábamos aguantando cosas que no deberíamos, ¿quién no se ha arrastrado alguna vez...? si mi vida estuviese escrita en una libreta, no me importaría retroceder unos años y darle la vuelta al lápiz por la parte de la goma para borrar unas cuantas páginas.

A día de hoy, estoy segura de que nadie está sexy con lloriqueos, con pataletas ni arrastrándose. Si te dejan o te hacen daño, la mejor manera de resultar atractiva es ir con la cabeza bien alta e intentar mantener tu dignidad. Mientras la otra persona sabe que te tiene "enganchada" no se molestará en girar la cabeza para mirarte dos veces.

Hay otra posibilidad... y es que seas la persona que hace perder la dignidad a la otra. 

Desde este enfoque, se sufre menos evidentemente, pero no por ello resulta fácil. ¿Cómo despegar a alguien que ya no quieres a tu lado haciéndole el mínimo daño posible? A veces, es totalmente imposible conseguirlo, y hay que pasar a la crueldad. Es mucho más fácil que te olviden si te odian que si te aman, pero a nadie nos gusta que nos odien.

De hecho, cuanto más distante te pones, la otra persona reacciona acercándose más, y esto es un verdadero agobio, porque no sabes por donde salir... 

Así, que a la próxima vez que alguien se encuentre en esta situación, si vas a dejar a alguien, hazlo rápido, es mejor, y se acepta más rápido, y si eres la persona que han dejado, un poquito de orgullo... ¡por Dios! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario