Mi día de hoy ha pasado volando.
Me he levantado y sin desayunar y con un frío de bajo cero me he ido a que me sacaran sangre... sinceramente, no sé cómo lo han conseguido, yo pensaba que a lo sumo sacarían un granizado.
He sobrevivido a todo ello y después de verificar que sigo teniendo vista de águila y oído de murciélago me he ido a desayunar con buena compañía un chocolate calentito que me ha quitado la cara de paliducha, en la medida de lo posible.
Después, me he tirado me he entretenido dos horas en el trabajo porque a lo que he hecho no se le puede llamar trabajar y me he ido a casa.
Esta tarde la tenía libre, y eso significa siesta. Bueno... súper siesta.
He pasado gran parte de la tarde dormida y al despertar me he acordado de que hoy es 6 de febrero y debería felicitar un cumpleaños. Y cuando he cogido el móvil para hacerlo... ¡sorpresa! es día 8.
Esto último significa dos cosas:
1. El tiempo pasa volando.
2. Ni siquiera escribir un blog diario me sirve para saber en qué día vivo.
Total... me he sentado en el sofá, y en ello estoy.
¡Buenas noches!
El tiempo pasa súper rápido cuando haces cositas!!Lo peor es cuando no hay nada que hacer que pasa leeeeeeeeeento como una tortuga coja....
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