Esta semana, ha sido muy larga.
Mmm... no recuerdo exactamente qué he hecho cada día, sé que discutí con una vecina, discutí el mismo día con el empleado de un taller de coches... pero no es mi culpa. Que conste.
Otra cosa que me pone de muy mal humor, es la gente que habla de las cosas sin saber, o la gente que se contradice. Me he dado cuenta que desde que existen tantas redes sociales, pero sobre todo en Twitter, donde la gente se esfuerza en ser graciosa, el tamaño de tonterías que se leen ha aumentado de manera muy considerable.
Ahora, todos pensamos que poseemos la verdad absoluta sobre las cosas, ya no importa si tus comentarios pueden ser acertados o no, si puedes ofender a alguien o no, porque "eres guay". Tampoco hace falta saber de lo que hablas, es como en el parchís, lo importante es participar.
Vivimos una época con mucha información, eso es bueno, sin duda. Internet está a la orden del día. Pero todos los abusos son malos. Es como compartir fotos, ahora todo el mundo exhibe su cumpleaños, su viaje de verano, sus mascotas, hijos, hermanos, sobrinos... y me parece genial, el problema llega cuando a una niña de 14 años le crecen las tetas y se pone a hacerse fotos al escote como una loca poniendo morritos, que a mí me dan ganas de preguntarle dónde se ha dejado la Barbie.
Así que por eso esta semana he estado un poco desaparecida, he estado un poco enfadada con la tecnología en general, pero creo que ya lo he arreglado de manera más concreta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario