17, 18 y 19 de marzo

¿Sabéis lo que es la perrería elevada a su máxima potencia? Pues hoy la he vivido. Pero empezaré por el principio, que en este caso, el principio es hace dos días.

17 de marzo.


Era sábado, y como buen sábado estuve trabajando. 


En el trabajo se mezclaban las ganas de acabar para tener un mini puente y el odio que me provoca tener que trabajar y meterme con el coche en plena Valencia en plenas fallas.


Me encantan las fallas, pero tener que trabajar en ellas, es un asco. 


Por la mañana fue medio bien, pero por la tarde después de dar mil vueltas y atravesar toda una avenida al ritmo de de un pasacalle de la falla del barrio, no encontré aparcamiento en ningún lugar medianamente cercano ni habitable. Así que dejé el coche a 15 minutos del trabajo y me puse a andar. ¡Yuju!


Por la noche estaba agotadísima, así que hicimos cenita con los cuñados y luego vimos una película que también fue un regalito de mi cumple. Nos reímos mucho. Por fin empezaban mis fallas.

18 de marzo.

Domingo. Segunda celebración de mi cumple.


Como siempre, nunca llueve a gusto de todos, de hecho, últimamente ni llueve. Demasiados invitados como para tenerlos a todos contentos. No me volverá a pasar.


La comida estuvo bien, me reí mucho, a ratos... Lo cierto es que la tarde estuvo mucho mejor.


Otra vez quedamos con los cuñaditos pero esta vez, para irnos a las fallas. Hacía miles de años que no podía ver fallas porque siempre trabajaba. Así que andé como si no hubiese mañana y me cansé millones.


Mi falla preferida no ha sido la ganadora, mi falla preferida ha sido la de Convento Jerusalén que se ha llevado el tercer premio. Me encantó.

Y de fallas infantiles, la más graciosa para mí, fue esta que ahora mismo no me acuerdo cuál es.

Era muy adorable y los muñequitos no me negaréis que tienen su puntazo.


Las calles de las luces también eran impresionantes. Os dejo una fotito de las dos mejores.

El final de la noche lo pasamos en un pub, ya fuera de la capi, con unos futbolines y jugando a dardos, de los cuales unas cuantas puntas quedaron para el arrastre. Mira por donde, tengo un pub de bolleras a un rato de casa y yo sin saberlo. Ese cubatilla antes de llegar a casa, me devolvió a la vida después el recorrido fallero.

19 de marzo.

Día del padre, y yo lejos del mío. Me da penita. Ya hace dos años que no estoy con él en este día, pero bueno, estaré celebrando su cumpleaños la semana que viene. De todas formas, quiero dejar constancia en el blog, de que tengo el mejor padre del mundo mundial, me ha apoyado siempre con todas mis decisiones, y aunque no exteriorice mucho sus sentimientos, sé que se le cae la baba conmigo. ¡Felicidades papi!


También ha sido un día perro donde los haya. Se suponía que íbamos a comer con mis suegros, pero al final ha habido un cambio de planes y hemos perreado en casa. 


Teníamos el día medio resacoso, así que hemos tirado de comida basura, fritos y demás cosas grasientas. Mmm... ¡qué bien sientan! 


Una siesta de casi 3 horas ha sido toda mi tarde y lo que he hecho en ella.


Después una visitilla rápido a los suegros y cómo no... en el último día de fallas, hay que aprovechar para tirar todos los petardos que te queden porque mañana ya no se puede.


Y ya, para poner la guinda al día, me acabo de enterar de que no podré ver quemar las fallas, porque los de Canal 9 están en huelga... para un día que merece la pena poner ese canal.