Han sido unos días muy tranquilos.
Hay momentos, horas, incluso días, en los que me gusta dedicarme a reencontrarme a mí misma.
Esto es algo que puede sonar muy místico o muy "perroflauta" pero es tan simple como que poco a poco, por circunstancias que van sucediendo, por las personas de tu alrededor, por tu trabajo o incluso por ti misma, te vas sintiendo más baja de moral. En estos momentos, decido dejar de complacer al mundo y me cobijo en el lugar en el que más a gusto estoy y me siento más libre... mi casa... nuestra casa.
Tiempo para las cosas que me gustan como mi novia, el frikimundo, mi perrita y sobretodo, tiempo para mí.
Dedicarme a tiempo a cuidarme, a mimarme yo misma, es algo que me renueva.
En tiempos de vacas flacas me invade la dejadez, y nada como una sesión de cuidados varios, pensar, relajación y sobretodo dormir mucho, para apartar todo lo malo, y darme un subidón de autoestima y energía.
Así que mañana, retomo la semana laboral con las pilas cargadas a tope.
No hay comentarios:
Publicar un comentario