8.7.12

3 de julio. París.

Todos los días mirábamos "La Météo" para saber si nos esperaban lluvias, y el mejor tiempo lo pronosticaban para el día 3, así que lo destinamos a pasar el día en el parque Disney.


Es la única parada que hemos repetido del año pasado.


Madrugamos bastante, y al ir a ducharnos... ¡se nos había olvidado el peine! Cundió el pánico. Sin duda la que más difícil lo tenía era yo, que tengo el pelo bastante más largo.


No encontramos nada abierto a las 08:00a.m. como era de esperar, así que me apañé como puede... y no es por presumir, pero no me quedó nada mal.


Llegamos muy prontito y el parque prácticamente estaba recién abierto. Disfrutamos del espectacular hotel en forma de castillo de la entrada, y como no, nos echamos un par de fotos con él.


No sé que tiene este parque, que nada más cruzar la puerta de entrada, vuelves a tener 5 años, dejas que te envuelva la ilusión por todo lo que te rodea y te dejas inundar por su magia.


Además de todo esto, a mí me invade el espíritu consumista, las tiendas son inmensas y están ambientadas dependiendo de la zona en la que se encuentren. ¡Lo compraría todo!






Es todo tan ideal... Después de pasearnos por millones de tiendas, y para qué negarlo, hacer unas compras, fuimos a comer al restaurante "Hakuna Matata". Como puede apreciarse en la foto de arriba, mi adorable novia tiene un cariño especial por El rey león, así que además de una comida riquísima, disfrutamos de un restaurante completamente ambientado en la película. 


Subimos a varias atracciones, y me gustó especialmente la de Un mundo pequeño. Es la atracción más moña que puede existir, pero a la gente le gusta. De hecho, es la atracción Disney más visitada del mundo.


¿De qué va? Pues te montas en una barquita y te dan un paseo por el mundo. Hay muñecos que cantan al son de la música, moviendo sus labios y bailan, o saltan, o suben al tiovivo dependiendo del país que representan. Es muy fácil identificarlos, pues tanto los muñecos como sus vestimentas están logradísimos.


Fuimos de las primeras en sentarnos para guardar sitio en la cabalgata, pensábamos que faltaba una hora y media, cuando en realidad faltaban dos horas y media, pero gracias a ello estuvimos en primerísima fila, a la sombra y pudimos tomar fotos como estas:






Había varias carrozas especiales de este año, porque el parque Disney nació en el año 1992, y por tanto, era su 20 aniversario. Las cabalgatas pasan volando, cuando quieres darte cuenta, ya no están, pero la música, las caras de los niños, los bailes que preparan cuidadosamente hacen que sea algo único. 


Teníamos especial curiosidad por un espectáculo nocturno único de este año. Era un espectáculo de luces que iba a tener lugar en el castillo de las princesas, y tengo que reconocer, que me dejaron con la boca abierta de par en par. Fue precioso, espectacular, emotivo, descomunal, impresionante... digno de ver.

No pude despegar la vista del castillo ni un segundo mientras duró el espectáculo, por eso mismo no caí en grabarlo con el móvil para luego poder enseñároslo... de todas formas, gracias Youtube, que siempre estás ahí cuando te necesito. Aquí tenéis el mejor video que he podido encontrar, miradlo porque merece la pena ver como el castillo se transforma ante tus ojos. La parte más asombrosa para mí, es ver como de repente tienes la catedral de Notre Dame delante de ti y al jorobado deslizándose por ella. Disfrutadlo. Dura unos 20 minutos aproximadamente.




PD. ¿A vosotras os han regalado un anillo en París, al pie del castillo de las princesas, haciéndote sentir una de ellas? A mí sí.



1 comentario:

  1. Disneylandia, ese pequeño mundo de sueños donde se viven momentos inolvidables....

    ResponderEliminar