21 de enero: El aburrimiento.

Lo único que ha conseguido entretenerme hoy y ha impedido que muriese literalmente de aburrimiento, ha sido pensar en que el fin de semana que viene, no trabajaré. Será un fin de semana más largo que el de cualquier persona normal, tendré un casi puente, y podré irme a la playa, a pasear y disfrutar de mis dos chicas preferidas.


Y así pasan mis días, esperando a que lleguen mis libradas, y cuando llegan, intentando que no acaben... pero acaban.


Estoy un poco agobiada de todo esto, de tener que medir cada palabra antes de pronunciarla y de no poder ser yo misma nunca. No quiero estar siempre en tensión y sentir que tengo mil ojos puestos en mi nuca.


Siento que por mucho que me esfuerce en determinadas cosas, nunca es suficiente. Y eso no motiva a nadie, sino todo lo contrario. El no escuchar nunca una palabra de agradecimiento o de reconocimiento, quema, y estoy ya echando chispas.


Mañana es domingo, y desconectaré. Seguro que el lunes ya tengo las fuerzas y las energías renovadas.